Visitar al dentista de forma periódica es esencial para mantener una buena salud bucodental. Y aunque todos sentimos algo de nervios cuando toca revisión, hay personas que lo que sienten es auténtico miedo a que les examinen la boca. A este malestar se le denomina odontofobia y lo sufre el 15% de los españoles según la última encuesta elaborada por el Consejo General de Dentistas en 2020.
Celia Sánchez, nuestra especialista en periodoncia pone de relieve la estrecha relación que existe entre la odontofobia y el haber sufrido una experiencia negativa en el pasado. “El miedo es libre, pero hoy en día contamos con herramientas que hacen que eso no sea un problema a la hora de trabajar”, comenta la odontóloga. De hecho, pacientes que de verdad sienten auténtico pavor y que tienen que someterse a tratamientos más complicados como la colocación de implantes, tienen a su alcance la opción de la sedación consciente.
La sedación consciente es una técnica que se aplica de manera intravenosa y que consiste en la administración de una medicación para que el paciente esté en un estado completamente relajado y no perciba nada durante el procedimiento. La doctora Sánchez recomienda la sedación consciente en todos los casos en los que el paciente rechace cualquier tratamiento debido al miedo, desde los más sencillos como reconstrucciones o raspajes hasta cirugías más complejas, en las que también el cansancio del paciente o la duración de las mismas hacen necesaria la sedación para trabajar más cómodamente.
Javier Barbero, director de Centro Dental Avanzado, afirma que las razones más comunes por las que los pacientes sufren odontofobia son, además de una mala experiencia anterior, el miedo al dolor, las agujas u otro instrumento dental; sienten vergüenza por el estado de la boca; o sensación de pérdida de control debido a la situación en la que se encuentra el paciente.
Con motivo del Día del Dentista, que se celebra el 9 de febrero, queremos aprovechar para ofrecer una serie de consejos para reducir el miedo a la hora de visitar una clínica dental y así minimizar los efectos que esto tiene en la salud bucodental:
- Acudir a la clínica antes de la primera consulta. De esta manera se conoce al personal y cómo es el ambiente. Además es recomendable informar de la ansiedad o temor al profesional para que lo tenga en cuenta.
- Elegir una cita a primera hora para evitar esperas y no acumular ansiedad durante el día.
- Programar una primera visita poco invasiva para conocer más al dentista y ganar confianza. Lo ideal es que la primera consulta sea para un tratamiento sencillo y de corta duración como puede ser un diagnóstico, una limpieza o una radiografía.
- Acordar una señal para parar en caso de agobio. Es necesario que el paciente comunique su problema de ansiedad a su dentista y establezcan una señal (como levantar la mano) para detener el tratamiento en caso necesario.
- Escuchar música relajante. La música es una gran aliada a la hora de relajarse ya que ayuda a dejar de escuchar aquellos sonidos que puedan provocar ansiedad.
- Considerar la sedación como una opción para relajarse, ya sea con fármacos que te recetará el dentista o a través del óxido nitroso (sedación consciente).
Desde hace varios años, el 9 de febrero se celebra el Día del Dentista en honor a Santa Apolonia, patrona de todos los odontólogos. Es un día conmemorativo para homenajear a todas aquellas personas que cuidan de nuestra salud bucal, una profesión considerada de mucha importancia para la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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